¿Qué es el e-commerce?
El e-commerce o comercio electrónico es la práctica de comprar y vender productos a través de internet.
El sector del comercio electrónico ha sido uno de los más disruptores de los últimos años, porque ha revolucionado el comercio tradicional, ofreciendo un nivel de comodidad y personalización sin precedentes. Por ello, el comercio electrónico se ha convertido en la base del modelo de negocio para muchísimas marcas.
Tipos de e-commerce
Podemos clasificar a los comercios electrónicos en función del público al que se dirigen o de su modelo de negocio.
En función del público de destino:
- B2C (Business to Consumer): ecommerce dirigidos directamente al consumidor final. Es el tipo más frecuente y dentro de él podemos encontrar muchísimos ejemplos, desde ferreterías online hasta tiendas de moda ecológica.
- B2B (Business to Business): ecommerce cuyo público de destino son otras empresas, por ejemplo, tiendas de materiales de oficina.
- C2C (Consumer to Consumer): esta tipología ha florecido en los últimos años con el auge de la compraventa por internet. Se trata de consumidores que venden directamente a otros consumidores, generalmente productos de segunda mano. El ejemplo más popular en nuestro país es Wallapop.
- Además de estos tres tipos, que son los más comunes, también podemos encontrar alternativas como el C2B (Consumer To Business), G2C (Government to Consumer), B4B (Business for Business) o B2E (Business to Employer).
En función del modelo de negocio
- Tienda online propia: el modelo más sencillo, consiste sencillamente en una versión digital de las tiendas físicas de la marca, que vende productos propios. Puede tratarse de un negocio exclusivamente online, o bien disponer tanto de ecommerce como de tiendas físicas.
- Marketplace: un marketplace es una especie de «macrotienda» que incluye a diversos vendedores. El ejemplo más conocido es Amazon, en el que cualquiera puede vender a cambio de una comisión.
- Dropshipping: de cara al cliente, un dropshipping no se diferencia de una tienda online estándar. Pero en vez de gestionar su propio inventario, en este caso el vendedor se limita a mostrar y promocionar los productos y es un tercero el que se encarga de hacer los envíos.
- Afiliado: en marketing digital, el modelo de afiliación consiste en recurrir a terceros para que promocionen los productos o servicios a cambio de una comisión. El afiliado coloca enlaces para referir al cliente a la otra tienda, en la que se cierra la venta. Por ejemplo, la afiliación con Amazon es bastante frecuente.
- Suscripción: en lugar de vender productos o servicios de manera individual, en este caso lo que se busca es que los consumidores contraten una membresía mensual y reciban productos a domicilio de manera periódica. Por ejemplo, es el caso de las famosas «cajas sorpresa», que hoy en día están implantadas en muchísimos sectores.